Vía Choachí - Bogotá ¿Un peaje a las malas?

Pese a las decisiones de la autoridad ambiental, la palabra suscrita en reuniones con las comunidades y las leyes que protegen los páramos, el Consorcio POB anuncia la construcción de un peaje en ecosistema Cruz Verde. 


Pacho Restrepo
-ESPECIAL EL SIRIRÍ-

Los frecuentes visitantes y la comunidad del Oriente de Cundinamarca con sorpresa y cierta indignación, se vienen encontrando con una obra en el kilómetro dos, límites entre Bogotá y Choachí, carretera que cruza por el páramo Cruz Verde. Las vallas de plástico blanco contrastan con la inmensidad majestuosa de esta área protegida y zona de reserva forestal del bosque oriental. En estas cimas campesinas, territorio de zarigueyas y del búho, la Perimetral Oriental de Bogotá - POB, contra las voces de protesta de las comunidades y la ley colombiana pretende construir, a cómo de lugar, un peaje. 


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Increíble. Sí. La  misma POB, cuestionada por la calidad de las obras en La Calera, que llevó a generar un verdadero desastre por la falta de un sistema adecuado para el manejo de aguas, ahora sin ningún licenciamiento y en clara actitud retadora que ya llaman algunos desacato, inicia arbitrariamente las obras de un peaje que a todas luces resulta improcedente.

"Es una completa burla" indicó el vocero de la veeduría Sergio Aconcha. "Se han burlado de toda la comunidad y de todo lo que se dijo en la mesa de trabajo", comentó a EL SIRIRÍ este Veedor. También declaró que le parece inaudito que la misma Agencia Nacional Infraestructura - ANI acordara el cese de actividades de esta estación cuando dio su palabra a CORPORINOQUIA en mantener la mesa de trabajo y de un proceso que ya contaba con dos reuniones de la mesa ambiental, una en febrero y la otra en marzo. Fue esa misma autoridad ambiental quien requirió el monitoreo del aire en un posible convenio con la CAR o CORPOCALDAS, que poseen los equipos para determinar las emisiones de vehículos estacionados o de fuentes fijas y medir la posible afectación del aire en un simulacro de peaje. ¿Qué sucedió con eso? 

"Por eso resulta inadmisible hoy la actitud de la POB anunciando la reactivación de las obras sin consultarnos, incumpliendo su palabra y los acuerdos y pasando por encima incluso del mismo gobernador Jorge Rey que frente a este tema se ha pronunciado solicitando cesen las obras hasta determinarse los impactos en un nuevo estudio y reiterando los posibles incumplimientos del consorcio a las normas ambientales. Por otra parte es evidente una ausencia total del proyecto" agrega el Veedor.

La actuación de la POB es un claro acto de arrogancia y desacato a la ley y la Constitución que lleva a preguntarnos sobre los límites de las empresas extranjeras en nuestro país. Resulta totalmente repudiable que impunemente el consorcio Shikun & Binui y sus subsidiarias, que llevan siete años de retraso en las obras y que hace cuatro años dejaron botada la Variante de Choachí y las unidades funcionales 4 y 5 debido a un evento eximente de responsabilidad suscrito entre la ANI y la POB, resuelva ahora a las patadas, sacar adelante la estación del peaje en el páramo de Cruz Verde. Si las autoridades permitan que el consorcio de la POB haga lo que se le venga en gana sentará un grave precedente y dejará un sinsabor amargo en las comunidades. 

Plano del peaje de carretera 4G de cuatro carriles. FUENTE: POB

Diez años de atropellos

En 2024 se cumplen diez años de la firma del contrato para la ejecución de la Perimetral de Oriente. Una historia de improvisación, despilfarro y completa inoperancia. Un magnífico emprendimiento privado de cercanos al presidente Santos con muchos intereses en los Llanos Orientales, especialmente relacionados con la denominada "última frontera verde", bandera del Grupo Empresarial de Sarmiento Ángulo. 

En el mes de septiembre de 2014, con la firma del contrato APP002 de la que con bombos y platillos bautizaron "La Locomotora de la Infraestructura" (ojo, el contrato compañero, el APP001, fue la Ruta del Sol) a inicios del segundo gobierno de Santos, nace la Perimetral de Oriente. Un proyecto que se vendió como una ambiciosa obra 4G que prometía solucionar el tráfico pesado de la capital. Se trataba, según dijeron, de una super autopista de cuatro carriles, entre Sopó y Cáqueza, que traería prosperidad y desarrollo a los vecinos del nororiente cundinamarqués. 

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Para los técnicos era una mega obra importante para aliviar el tráfico de Bogotá, pero para los habitantes de estos territorios significaba recibir el desorden de la capital del país. Tráfico endemoniado de volquetas yendo y trayendo la explotación de la orinoquía y la amazonía, de camiones a toda hora del día y de la noche. De pitos, ruido y accidentes. De humo. Contaminación. Discotecas, bares y tiendas. Droga y prostitución. Hampa. Delincuencia. Toda una transformación como se vive actualmente en Chipaque. Un verdadero atropello social, cultural, paisajístico. Un posible ecosidio. A la población, que nunca se consultó, cuando se le informó la vía ya era un hecho. La POB vendió un concepto muy amable del proyecto y tácitamente ha negado a través de los años las consecuencias de los impactos de las obras en un sistema ecológico muy frágil, como es el páramo Cruz Verde, arteria del Sumapaz y origen de las aguas que desembocan al Orinoco. 

Lo que cuestiona la Veeduría. FUENTE: Descripción del Proyecto Unificado POB (2015) ¿Estación de peaje en el páramo? Saquen sus propias conclusiones. 


Un proyecto que venía hablándose desde hacía muchos años, pero que se descartó en el pasado por sus afectaciones, pues la región del oriente cundinamarqués es un lugar privilegiado que posee suelo volcánico, turberas, lagunas, montaña y alta montaña andina. Un territorio al que le captan su agua para brindársela a Bogotá por un tubo. Un lugar sagrado que se ve ahora amenazado y sometido a un futuro en que sus gentes tendrán que crecer, tal y como hoy se plantea, acostumbrándose al voltaje de una carretera que fracciona los territorios. A un hábitat natural de muchos animales silvestres y de flora y fauna invaluable, intervenido por la monotonía de una vía 4G. 

Con un costo inicial de 1.6 billones de pesos la obra fue adjudicada a la firma israelí Shikun & Binui, dentro de una figura creada por los gobiernos y sus CONPES en materia de infraestructura vial denominada APP, o Alianzas Públicas Privadas, en donde el consorcio cobraría por sus avances y obtendría  beneficios por terminar la obra a tiempo. "Obra hecha, obra pagada" declaró el Presidente Santos en La Calera cuando con su Ministro de Gobierno Germán Vargas Lleras que ese día ostentaba un casco obrero de plástico blanco estamparon la firma en el contrato, junto a la del gerente de Shikun & Binui, que unos días atrás había entrado al país con pasaporte de turista. 

El proyecto de la Perimetral de Oriente desde el inicio generó controversia. Una vez adjudicado, el consorcio evitó el licenciamiento de la obra presuntamente engañando a la autoridad ambiental con documentos falsos y un estudio de impacto ambiental que no correspondía a la realidad. La  alternativa para el trazado de la vía fue la opción más económica, que por ser una obra de rehabilitación y mejoramiento, les evitaba realizar una serie de trámites y estudios que sólo se exigían para las obras nuevas. De las cinco unidades funcionales definidas en este proyecto vial entre Sopó y Cáqueza, sólo una de ellas, la denominada Variante de Choachí, requería de una licencia ambiental. Argumento risible, pues acaso ¿Una carretera de cuatro carriles, como se prometía, no era una obra nueva? 

Lo cierto es que han pasado diez años y hasta ahora ninguna de las maravillas prometidas por la POB se han cumplido. La carretera 4G de cuatro carriles entre Sopó y Cáqueza no existe y según varias denuncias en las obras que ya entregaron se encuentran diversas irregularidades en su ejecución. Esta mala planificación se evidenció en La Calera hace dos años, donde expertos han asegurado que la avalancha que dejó un celador muerto se hubiese evitado con unas mejores redes de alcantarillado. Toda una chambonada que explica en parte porque el proyecto se encuentra desde hace más de cuatro años atorado en una serie de líos jurídicos que parecen insalvables.

Por el desconocimiento de la POB del territorio y especialmente por la incapacidad de comprender la complejidad geográfica del país de estas empresas extranjeras, hoy tenemos a la Perimetral de Oriente en curso de proceso sancionatorio por la autoridad ambiental, con varios eventos eximentes de responsabilidad, sin resolver en la unidades funcionales tres, cuatro y cinco y Variante de Choachí y con la bobadita de doce "otrosís", que es la figura que ha ejercido el consorcio desde hace años tratando de aplazar y adecuar la obra de una carretera 4G de cuatro carriles a un mejoramiento chambón de la vía, que es todo lo que actualmente existe.

Resulta muy contradictorio, por todo esto, que a la fecha de publicación de este artículo, el trazado definitivo de las unidades funcionales cuatro y cinco, además de la Variante de Choachí, continúan siendo un misterio. ¿Dónde está el trayecto definitivo de la obra? ¿Dónde están los estudios? Diez años han pasado y nada aún está claro.  

Ahora quieren montar un peaje. ¿Porqué ahora? Cuando el contrato es muy claro y sólo la POB podrá recibir beneficios de la recaudación del peaje apenas terminen todas las obras civiles. ¿Porqué la POB quiere cobrar un peaje, cuando el consorcio aún no ha finalizado las unidades funcionales 4 y 5? ¿Cuándo no hay nada claro y ni siquiera un plano de la Variante de Choachí? 

La comunidad exige por eso transparencia y espera que el nuevo trayecto se haga de la forma más eficiente y con el consentimiento de los habitantes de los territorios. Que se hagan cumplir las leyes de acuerdo a los resultados de los informes solicitados por la Contraloría para el manejo adecuado de esta proyecto vial, donde se advertía que los diseños de esta obra amenazaban la existencia de más de sesenta nacimientos de agua.

Hasta la fecha se desconoce tanto el tramo final, como los estudios técnicos que sustentan el proyecto de la Perimetral de Oriente y por eso es muy reprochable que el consorcio insista en la ejecución de esta estación de peaje en el páramo. El pasado 19 de febrero, en reunión con las comunidades afectadas realizada en la pirámide de la Gobernación y que contó con la presencia de funcionarios de la ANI, CORPORINOQUÍA, CAR, Alcaldes y Concejales, el gobernador Rey que actuó como garante en este espacio de diálogo solicitó a la POB suspender la construcción de la estación. Dos meses después, el consorcio anuncia la reapertura de la polémica obra. 

¿Qué sucedió? Todo esto nos indica que a pesar de tener en contra la razón y la ley existen fuerzas que pretenden la terminación de este proyecto y la colocación de un peaje en el páramo, a como de lugar.  ¿Porqué la POB aceptó en los compromisos de la mesa técnica solicitada por CORPORINOQUÍA y practicada en las instalaciones de la ANI en Bogotá el 19 de marzo, estudiar el tema a fondo? ¿Porqué hoy cambia de opinión? El aviso del inicio de obras del peaje, como se ejemplifica en marco de sus funciones de la Res.1462 de 2014 del Min Transporte, resulta a todas luces irregular. El tema ha caído muy mal en la comunidad y la Veeduría y Auditoría del Páramo Cruz Verde anunció desde ya acciones legales. 

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Se hace un llamado urgente para resolver de manera expedita los problemas del sistema de gestión documental de la ANI que se encuentra fallando desde hace un tiempo, lo cual ha generado complicaciones en la trazabilidad de la información que le llega a la Agencia Nacional de Infraestructura. Excusa, que aprovecha el consorcio POB para desconocer la solicitud de CORPORINOQUÍA, incumpliendo con lo pactado con las comunidades y los compromisos adquiridos. Esperemos que con la circular emitida por la ANI el pasado sábado en donde se indican los protocolos de manejo de la documentación, se logre superar este problema técnico, y esta entidad, que hasta ahora sólo anunció una reunión del grupo jurídico para analizar el tema, proceda a ejecutar medidas rápidas y más control sobre las actividades posiblemente negativas desarrolladas en el páramo. 

La improvisación de la POB le ha salido muy cara al país y la construcción beligerante de un peaje en el Páramo Cruz Verde, es apenas otro más de los múltiples exabruptos que desde hace diez años ha venido presentado el consorcio en la región y que el periódico EL SIRIRÍ analizará a fondo en los próximos días. La POB sigue sorda frente a todos los mecanismo ciudadanos que se han desplegado para evitar que en un lugar de tanta fragilidad ecosistémica, como es el páramo, se adelanten estas obras. Da tristeza ver a una empresa extranjera que se abrogue todo el derecho de incumplir las leyes y que nuestras instituciones por fallas técnicas dejen que hagan lo que se les antoje y nadie diga nada. 

Invitación del Min Ambiente donde se tratará tema del Peaje

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