Periódico El sirirí
Asistimos a esta asamblea que fue realizada el sábado 13 de mayo en el colegio Olaya Herrera en el suroriente de Bogotá y que contó con la presencia de diversas comunidades y organizaciones de la ciudad y de los departamentos de Cundinamarca y Meta.
De entrada, fue gratificante ver los rostros conocidos que desde hace tantos años han ido tejiendo con sus relatos, acciones y relacionamientos; la persistencia y la fuerza popular en sus territorios y esperanzas. Es claro que cualquier reflexión que se quiera hacer sobre juntanzas y gobernanzas para concretar un cambio palpable en la vida material, social y cultural de la gente; pasa por reconocer y tejer esa memoria que conforma nuestra lucha, haber dispuesto esta sabiduría y experiencia en el diálogo regional, fue una muy buena puntada para tejer la palabra y encausarla.
Otro acierto de esta asamblea fue poner el alimento en el centro del debate. La cocina en este tipo de eventos suele ser remota u oculta, por lo que el alimento aparece como un bien a repartir y a evaluar, algo subsidiario para cubrir una necesidad. En esta oportunidad esa misma experiencia que ha cocinado en nuestro camino de movilización, representada en organizaciones comunitarias de Tunjuelito, Techotiva y Ciudad Bolívar, mediante una Alianza público popular viva, fue la encargada de preparar y disponer el alimento para el convite. Esto, además de permitir tener una diversidad gustosa al paladar y al espíritu, logra que se eviten alimentos procesados y que recojamos nuestras costumbres y saberes en torno al alimento. Turrón de quinua, arepas, envueltos, avena, mazamorra, sancocho con verdura, bocadillo veleño, manzanas de agua, fueron algunos de los manjares que se dispusieron en la mesa. Poner el alimento en el lugar del diálogo es un avance de la soberanía alimentaria y de nuestra consciencia colectiva.
Hubo diversos escenarios o mesas para abordar los temas relacionados a las asociatividades, temas que son complementarios en los ejercicios en los que se relacionan los entramados comunitarios locales: Procesos culturales, de circuitos cortos, procesos comunales, de educación, de soberanía alimentaria, entre otros. Por nuestra parte, asistimos al diálogo sobre el alimento, la tierra y el agua, columna vertebral del Plan Nacional de Desarrollo.
En este espacio, moderado por Miriam Díaz de la Unidad Solidaria y Hernando Gómez Serrano, se presentaron organizaciones sociales, comunitarias y comunales, del ámbito urbano y rural de la región, relacionadas con la soberanía alimentaria, protección del medio ambiente, etc. para establecer; desde el diagnóstico y las experiencias particulares; rutas, acciones, relacionamientos, que amplíen las capacidades de los diferentes ejercicios solidarios y asociativos del territorio.
El tiempo fue corto para la agenda, sin embargo, cada voz pudo poner en la mesa sus reflexiones, relatos y experiencias, dentro de las estrategias se reiteró en la urgencia de realizar Alianzas público populares, procesos cooperativos más amplios, un directorio de los participantes, apropiación de saberes ancestrales, promover encuentros más cercanos a nivel de provincias, mesas de diálogos permanente, redes complementarias, entre otras.
Fue reiterativa la preocupación sobre la continuidad del diálogo, el cual debe ser permanente para generar resultados en los horizontes colectivos de la sociedad, pero sobre todo, para ampliar colectivamente la capacidad política y económica de las organizaciones en el camino de consolidar un cambio social y consciente.
La Provincia de Oriente estuvo presente con nuestra propuesta de trabajar en vivienda, habitat e infraestructura para la vida, el alimento y la armonia entre el paisaje y el buen vivir. Hoy la salubridad pública está amenazada por indebidas practicas agropecuarias las cuales deben revisarse, exigimos respétar la naturaleza, necesitams un ambiente sano, poder tener el derecho a una vida sana, productiva y en paz.
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