La Región Metropolitana, un megaproyecto que transformará la vida de millones de habitantes de Bogotá y Cundinamarca.

Por Julio Enrique Cortés M.

La Región Metropolitana o Bogotá Región, como también se le denomina, es una entidad de integración regional entre Bogotá y los municipios de Cundinamarca que, en teoría, surge con el fin de promover el diseño de políticas públicas orientadas a mejorar la calidad de vida de las más de 10 millones de personas que habitan este gran territorio. Esta figura se constituye por el Congreso de la República mediante el Acto Legislativo 02 del 22 de julio de 2020 y se propone: “Garantizar la ejecución de planes, programas y proyectos de desarrollo integral, así como una prestación oportuna y eficiente de los servicios entre las entidades territoriales que lo conforman, promoviendo el desarrollo armónico, la equidad, el cierre de brechas entre los territorios y la ejecución de obras de interés regional”, según el informe Bogotá Cómo Vamos (2022). 

Esta entidad, velará por garantizar el cumplimiento de los principios de autonomía territorial, sostenibilidad, convergencia socioeconómica, pluralidad, identidad regional y participación, entre otros. Esto es lo que básicamente resume su marco conceptual. En últimas, uno podría explicar que la Región Metropolitana (RM), es un megaproyecto ambicioso que transformará la vida de millones de personas que habitan la sabana de Bogotá y los municipios de Cundinamarca. Por eso la RM tiene que ver con un enfoque de “desarrollo”, de modelo de ciudad y de integración regional. 

Para un sector de la población, la RM es entendida como la puesta en marcha de un megaproyecto al servicio de las constructoras y los negocios inmobiliarios en detrimento del medio ambiente y la soberanía alimentaria de la región. Mientras que, para otros, sus defensores y promotores, se trata de un plan estratégico necesario para fomentar el desarrollo económico y social de los habitantes de Bogotá y de los municipios de la sabana y Cundinamarca.

¿Cuál es la verdad sobre la Región Metropolitana? 

El concejal Diego Cancino (Partido Verde) ha sido uno de los opositores a esta entidad de integración regional y hace unos días dijo en un artículo: “La Región Metropolitana (RM) era una oportunidad para armonizar el modelo de ordenamiento territorial y la protección de la estructura ecológica principal en torno a la gestión del agua. Sin embargo, el esquema de integración que se aprobó deja la puerta abierta para la intensificación del volteo de tierras, configurado por los poderes políticos locales y regionales; y crea un Consejo Regional que usurpa las funciones de quienes fueron elegidos popularmente. Por donde se vea hay favorecimiento a negocios inmobiliarios. La RM desconoce su misión fundamental de cuidado del agua y el medio ambiente en la región”. Y en ese mismo sentido, el concejal de la Colombia Humana-UP, José Cuesta Novoa, ha afirmado que con la RM: “Se propicia un megaproyecto de expansión urbana en donde se van a construir 3 millones de viviendas sobre los suelos de la sabana que son suelos productores de agua y de alimentos. Esto implica la construcción de un asentamiento humano que albergue a 12 millones de personas arrasando el interés ecológico de la sabana de Bogotá”. ¿Cómo se le va a garantizar el agua potable a 12 millones de habitantes, si Bogotá tiene que traer agua desde la cuenca de la Orinoquía? - preguntó el cabildante ante el Concejo en uno de los debates. 


Páramo de Chingaza


Sumado a lo anterior, estos dos concejales y otras voces ciudadanas han criticado que este proceso de la RM se ha hecho a espaldas de las comunidades cayendo en prácticas abiertamente antidemocráticas. Durante el proceso de reglamentación de la RM se hicieron algunas audiencias en varios municipios de Cundinamarca, pero en realidad si uno le pregunta a los bogotanos y pobladores de la región metropolitana poco o nada saben de dicho megaproyecto. Hay que señalar que la idea de un proyecto de integración regional para Bogotá y Cundinamarca venía elaborándose desde hace años. Cuando el actual presidente Gustavo Petro, fue alcalde de Bogotá, él mismo fue impulsor de lo que se denominó en ese momento como Área Metropolitana, la cual pretendía garantizar instrumentos de gobernanza en todos los campos de la actividad pública entre Bogotá y Soacha. Pero lo que hay que resaltar es que esta primera figura promovida por el entonces alcalde Petro dotaba de facultades de participación constitucional como la Consulta Popular para que fueran las propias comunidades y organizaciones sociales las que definieran y aprobaran la estrategia y la implementación de esta integración regional atendiendo sus necesidades y problemáticas. 

Sin embargo, en el año 2020, en el Congreso de la República del gobierno Duque, se crea una alianza entre el Centro Democrático, Cambio Radical y un sector del Partido Alianza Verde para tramitar la modificación del artículo 325 de la Constitución del 91 y de esta manera saltarse el mecanismo de la Consulta Popular en el momento de conformar este modelo de integración regional. Es decir, la alianza de estos partidos, logró sacar adelante el trámite necesario para la aprobación de la actual Región Metropolitana que defiende y promueve con vehemencia la alcaldesa Claudia López, quien finalmente logró sacar adelante este proyecto con el aval de las mayorías en el Concejo de Bogotá.

¿Quién avala la Región Metropolitana?

La falta de participación ciudadana generó que los entes gubernamentales de alguna manera se despreocuparan por la comunicación de las gravísimas implicaciones de la aprobación y conformación de esta Bogotá Región.  Llama la atención que en ese Consejo de Gobierno de la RM no habrá representación de los pueblos indígenas, ni las mujeres, ni la ciudadanía, ni de los ambientalistas, ni los campesinos. Es decir, están los gremios económicos, pero no los ciudadanos, por eso es antidemocrático.  

El concejal José Cuesta ha dicho “Ahí tenemos un problema gravísimo, esto ya fue aprobado, la verdad es un modelo que en forma deliberada se trabajó a oscuras para que nadie supiera, tiene además el gran problema que es un tema complejo y se aprovecharon de todo eso. Ahora que ya está aprobado en el Congreso, en la Asamblea Departamental y en el Concejo de Bogotá, se han despertado las alarmas y hay más gente pendiente del tema, sabiendo que es algo tremendamente grave para la sostenibilidad de la región, sobre todo en tiempos de emergencia climática. Nos queda un trabajo de resistencia que comienza por hacer pedagogía sobre el nefasto contenido de la figura. Nosotros, que nunca nos damos por derrotados, estamos pensando en una serie de iniciativas políticas, legislativas, de demandas de inconstitucionalidad, estamos en esa tarea”.

Lo único que queda es que el Gobierno Nacional, a través de mecanismos de participación como los Diálogos Vinculantes, entre a regular y a proteger estos territorios y que se organizan alrededor del agua. No obstante, quienes estuvimos participando hace unos días en estos Diálogos Regionales Vinculantes hemos presenciado la fuerte injerencia de la alcaldesa Claudia López en manipular a la ciudadanía con discursos demagogos acerca de los supuestos beneficios de la Región Metropolitana con la cual es evidente su identificación ideológica y en favorecimiento de sus intereses relacionados al modelo de “desarrollo”.  Muchos tenemos nuestras serias preocupaciones por la implementación de este megaproyecto de integración Bogotá Cundinamarca porque sabemos que bajo el discurso del desarrollo y el bienestar se han impuesto políticas depredadoras del medio ambiente, de la soberanía alimentaria y de las autonomías territoriales poniendo los intereses particulares por encima del interés general. Esto, sin desconocer que seguramente se vendrá una oleada de impuestos por valorización regional y demás que finalmente impactarán las finanzas de millones de personas. Por último, quiero decir que mientras el actual presidente Gustavo Petro lidera a nivel mundial una contundente lucha contra el cambio climático y nos convoca a trazar nuestros planes de desarrollo en función del agua, existen por otra parte sectores con poder que insisten en hacer negocios a costa de la destrucción y la muerte de todas las formas de vida. Queremos la integración regional y desarrollo para la capital y Cundinamarca, pero que éste sea alrededor del agua y no del cemento, como ha quedado planteado. “Es hora de la humanidad, no del mercado”.


Comunicador social periodista 

juliaocortes@gmail.com




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