La falsificación como estrategia



Editorial. Periódico El Sirirí

La desinformación siempre ha existido. Desde su nacimiento, los medios de comunicación han intentado alterar la opinión de sus audiencias usando diversas tácticas, pero teniendo como límite de acción su propia credibilidad. Sin embargo, dado el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación y de la articulación de los medios de comunicación masiva a grandes grupos empresariales y financieros a escala global, la mentira y la tergiversación de la información como instrumentos de manipulación a la sociedad son el pan de cada día, ratificando lo que dijo Ryszard Kapuscinski: Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante.

Cuando estos grandes poderes se sienten amenazados -en una guerra o en una contienda electoral- acuden con más insistencia a la falsificación. De una propaganda matizada, inserta en la información, pasan a la propaganda explícita, que incluye la difamación, fabricación de noticias, encubrimiento, entre otras tácticas, provocando, generalmente, graves perjuicios a la dignidad de las personas.

La información que recibimos a través de los medios de comunicación y redes sociales es insumo principal para forjar decisiones en nuestra vida social y doméstica. La falsificación reiterada de las noticias o los hechos implica justamente la carencia de herramientas para el discernimiento. No es posible para la mayoría de la población; dadas sus ocupaciones, contexto y recursos; andar buscando y contrastando fuentes, por tanto somos víctimas de una información sobredimensionada, poco fiable, que rige cada vez más nuestro destino colectivo.

Tenemos como alternativa a los medios de comunicación comunitaria que, a contra corriente y al margen de estos grandes poderes, realizan cubrimiento en diversos territorios e informan, desde la misma mirada de las comunidades y sus experiencias, sobre las necesidades, conflictos y problemas en los que estamos inmersos como sociedad. A veces solo hay que ver un poco más allá de los monotemáticos medios masivos. Desde el periódico El Sirirí persistimos en hacer un ejercicio de periodismo ciudadano y pedagógico que permita a nuestros lectores, desde su contexto, reconocer fenómenos y procesos que determinan su vida social, cultural y económica.



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