¡Por treinta años de tamal se llevaron el hospital!

Ojalá el titular llegué a convertirse en un broma de mal gusto o una simple pesadilla, aún no logró entender que el Hospital de Fómeque San Vicente de Paul que me vio nacer y en donde realicé mi año rural, vaya camino a un cambio en su esencia histórica. 

Por: DR. ALDEMEYER GONZÁLEZ ROMERO*


Mi abuela me contaba con orgullo y pasión la historia del Hospital San Vicente de Paul y narraba del esfuerzo de nuestros ancestros cargando piedras a lomo de mula y sobre sus espaldas desde el río de la Unión hasta el casco urbano para cimentar los dos edificios símbolo del progreso del municipio y agradecía a quienes amablemente donaron los terrenos. Recordaba el orgullo de esta mole de envergadura descomunal y la visión del honorable Monseñor Gutiérrez, artífice del progreso fomequeño en el siglo pasado. Pero sobre todo, mi abuela recordaba la vocación de la salud pública que significaba una salud para todos los habitantes no sólo de Fómeque, sino del Oriente de Cundinamarca.

 ¿A quién o a quiénes les conviene fusionar el Hospital?

Al parecer el esfuerzo social, el liderazgo y las donaciones que gestaron el Hospital San Vicente de Paul ya nadie las recuerda y hoy es un negocio basado en la salud. Todo sucedió hace treinta años con los marcos normativos mal diseñados y aprovechados por celebres héroes de la política que vienen regalando tamales para permanecer en el poder. Ojalá el pueblo y sus comunidades de influencia sean los directamente consultados y tengan la palabra para hacer valer sus beneficios.  

Toda esta situación se originó con la ordenanza amenazante 007 del 2020 de la Asamblea de Cundinamarca que se creó en periodo de restricciones estrictas propias de la pandemia y que perversamente no permitió a la comunidad ni salir a protestar, ni hablar, ni saludar y mucho menos cuestionar la decisión.

La norma resulta incoherente frente al derecho fundamental de la salud y por esa razón es que aún no encuentra viabilidad administrativa y legal, pero a pesar de ello, los políticos persisten en prórrogas porque parece que no cuadra por ningún lado la fusión de ESE Hospital San Vicente de Paúl de Fómeque con la ESE Hospital San Rafael de Cáqueza. 

¿Entonces que sí puede cuadrarse? Podemos aceptar los tamales y votar por nuestros verdugos, podemos hacer tanto y no lo hacemos. Duele ser víctimas de nuestro propio infortunio. Tratando de hacer respetar el derecho que tenemos a la salud, varios líderes locales han increpado la ordenanza sin mayores alcances pero con un eco que acabó moldeando la conformación de la Veeduría Ciudadana que desde el 19 de Marzo del 2022 convocó una primera movilización de orden pacífico y sensibilizó a moradores y usuarios de servicios de salud frente al panorama de una fusión amañada y con altos tintes de politiquería que vulneran el genuino sentido que abarca garantizar salud en una o más poblaciones.

En detalle se conoce que la Ordenanza beneficia a "los mismos con las mismas" y por eso la Veeduría Ciudadana, conformada por actores comunitarios, entidades de gran calado y aliados altamente estratégicos adelantan entre todos acciones trasversales que se resumen en tres posibles soluciones que se configuran como líneas de acción de la Veeduría 

La primera es entender que la ESE Hospital San Vicente de Paúl puede cuadrar con seguir siendo auto sostenible. El negocio de la salud es rentable y no pagan con botones, sin embargo varias resoluciones, leyes y la misma estructura del estado juegan una contradicción donde casi nadie entiende como consolidar la salud como un derecho y no un negocio, sin desconocer que plata es lo que hay, pues todos pagamos por algún lado impuestos que llenan las Finanzas Públicas. Ninguna atención en salud es gratis, ya está pagada y en esta noción se resumen la primera línea de acción.

  

La segunda alternativa puede ser que la Alcaldía Municipal sea la propietaria del centro hospitalario, como sucede en el municipio de Fosca con el ESE Centro de Salud de Fosca. En estos momentos al ser un hospital del departamento de Cundinamarca no hay incidencia desde el municipio en su administración. El llamado es que la alcaldía se apropie de la situación y tome acciones previstas en la estructura del estado y sus entidades, donde con el apoyo de las Alcaldías vecinas, y procurando que todo quede en la tierrita, se abren más alternativas con nociones centralizadas y descentralizadas que podrían ser utilizadas en el contexto local.

Finalmente no hay mejor hospital que la Samarita, en nuestro triangulo oriental (Fómeque, Choachí y Ubaque) hemos sido fieles creyentes y agradecidos de los servicios de salud de altísima calidad científica y humana de un Hospital que queda a la entrada de Bogotá, que se roba nuestros afectos y que cuenta con un portafolio de servicios de salud que ningún Hospital aledaño puede equiparar y mucho menos el Hospital de la cabecera que cuenta con mayores barreras de acceso en salud. 

Mientras comemos el tamal la invitación es a pensar que es una locura sin precedentes las barbaridades que se le ocurre a esta gente de la Asamblea de Cundinamarca sin tener en cuenta a las comunidades.




*Psicólogo Especialista – Fomequeño, Joven líder, Veedor comunitario y Prestador de Servicios de Salud.  

VEEDURÍA POR LA SALUD Y LA VIDA DE LOS HABITANTES DE LOS MUNICIPIOS DE FÓMEQUE, CHOACHI Y UBAQUE

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