Inteligencia, dientes de sable



Por Mauricio Romero 

¡Es asombroso! ¿O no?

¡No! Los animales reaccionamos, es nuestra naturaleza, no somos plantas, las buenas plantas que se sienten realizadas cuando se entregan pasivamente mecidas por el viento, los grandes árboles centenarios que reciben impasibles las guerras humanas, los aullidos y los mordiscos.

La guerra, tal vez, sea inherente a casi todos los animales sociales...bueno, delimitemos el concepto, no sería la guerra sino la violencia...que tampoco estaría restringida a nosotros los animales sociales.

Un gato es un animal solitario y ejerce violencia cuando corresponde según su naturaleza.

Entonces las guerras, que son violencia organizada y ejercida por grupos contra otros grupos es inherente a todos los primates...

¿O no? Pero qué decir de nuestros pacíficos primos los bonobos? Aquellos grandes simios africanos que toda diferencia la resuelven con erotismo?

Entonces la guerra es exclusiva de nosotros los homínidos, los simios del grupo humano, los neandertales, los homo erectus, los denisovanos, los homo sapiens...

La guerra ha estado presente con nosotros durante decenas de miles de años de cultura. 

La potencia guerrera está siempre  tan presente como la potencia de la paz.

Ambas son parte del comportamiento humano, es una cuestión muy animal y muchos animales la repetirían si desarrollaran las capacidades que hemos desarrollado en millones de años de evolución cultural.

Sin embargo, es el nivel de sofisticación destructiva que ha logrado la humanidad lo que resulta inédito en la historia de la vida en la tierra.

En 3500 millones de años de evolución de la vida en esta piedra mojada, tibia y flotante en el espacio ninguna especie había desarrollado la capacidad de acabar consigo misma. Al final parece que desarrollamos una inteligencia "dientes de sable" y que damos demasiado crédito a aquello que llamamos inteligencia.

La inteligencia no nos ha hecho sabios, solo nos ha hecho más eficaces, así como un machete es más eficaz que un colmillo desnudo, la inteligencia es una herramienta que nos ha permitido satisfacer nuestras necesidades de modo cada vez más efectivo, sin reparar si se hace daño o bien a todo lo demás, sea otra especie o la nuestra propia.

La inteligencia es una herramienta, y mientras sea utilizada por una cultura humana insaciable, egoísta, ávida de ganancias como único fin, jamás podrá ser usada para el bienestar y en su sofisticación terminará destruyéndonos como ha pasado más de una vez con los felinos que desarrollaron dientes de sable, Aunque la forma de sus grandes colmillos los hizo muy eficientes a la hora de cazar, pero en tiempos de crisis, esos mismos dientes se hicieron estorbosos para alimentarse, generando su desaparición. 

Si no reemplazamos la cultura actual de egoísmo y negocio, nuestras asombrosas capacidades solo nos llevarán a la autodestrucción.

Sin embargo, hay una esperanza, por más de 200 mil años la cultura humana no estaba guiada exclusivamente por el lucro. Y la herramienta era la misma, el mismo cerebro y otra cultura humana.

¿Tendremos tiempo de crear una nueva forma de ser para que esta herramienta fenomenal desarrollada por miles de años pueda ser usada para que vivamos bien? ¿Sin tanta envidia? ¿Sin tanto miedo? ¿Sin tanto comer mierda?

Comentarios