El viacrucis

Vereda Quiuza - Foto Ical Suárez

Por Pacho Restrepo 

La Perimetral se ha vuelto una piedra en el zapato para las comunidades de nuestro territorio. Aún se desconoce el trazado final y cada vez las vías a su cargo están en peores condiciones.

Este año se cumplieron dos años de la suspensión del contrato firmado en el gobierno Santos para la construcción de una vía 4G en el Oriente de Cundinamarca. Corporinoquía llegó a esta instancia tras comprobar que el consorcio POB, encargado del proyecto, desconoció la existencia de alrededor sesenta manantiales de agua ubicados en el área de influencia del proyecto.

El consorcio acogió en ese entonces a una figura llamada Evento Eximente de Responsabilidad, con el cual solicitaba un tiempo para replantear el diseño, por lo cual contaba con un plazo hasta mayo de 2019. A finales de agosto de ese año, Luis Fernando Gutiérrez, en ese entonces vicepresidente de la ANI, asistió a una citación del Concejo de Choachí que debido a la temática planteada contaba con una amplia participación de personas provenientes de Fómeque, Cáqueza y Ubaque que esperaban respuestas frente a la situación predial, los avalúos de sus inmuebles y el diseño del trayecto.

La Perimetral tiene un costo de 1,7 billones de pesos y plantea la construcción de una carretera 4G que comunicaría a Sopó con Cáqueza. Para ello el consorcio dividió el proyecto en cinco unidades funcionales, que son básicamente una readecuación y mejoramiento de las vías ya existentes y una variante, ubicada en Choachí, que por ser un proyecto nuevo requería de una licencia ambiental. Los hallazgos de las fuentes hídricas determinaron la falta de estudios geológicos, hidrogeológicos y geotécnicos por parte del consorcio en la ejecución de la obra.

Gutiérrez en la mencionada sesión habló de la firma de un otrosí, que nunca se llevó a cabo y presentó como solución cuatro nuevas alternativas. Una de ellas, que se proyecta salir vía Ubaque al sector conocido como El Empalme para continuar hacia Fómeque por donde iría paralela al río, sería al parecer la seleccionada. Además, prometió que en ocho meses se arrancaría con el diagnóstico de los puntos críticos, pero han pasado veinte meses y la Perimetral sigue paralizada.

¿Vía sin salida?

El anuncio hace unos meses hecho por Nicolás García, Gobernador de Cundinamarca, que declaró haber “destrabado” la Perimetral generó muchas suspicacias, pues se sigue insistiendo en el trazado ya sancionado por Corporinoquía. En diciembre del 2019, el consorcio tenía plazo para presentar tanto los estudios de prefactibilidad del nuevo trazado, como los de factibilidad, pero estos al parecer nunca se entregaron, a pesar de haberse contratado para ello a la prestigiosa firma de ingenieros INGETEC.

Todo esto ha sumado a las comunidades que poseen predios en cercanías a la carretera en la más profunda desazón. Son numerosos los casos de personas que a expensas del proyecto les ha quedado imposible vender, montar negocios o hacer reparaciones locativas a la espera de la resolución del proyecto. Numerosos a su vez son los casos de predios que quedaron en la lista de ser comprados para la obra y mientras todo esto pasa, las condiciones de la vía se encuentran en una situación deplorable.

Durante el invierno pasado, la vía de la vereda Potrero Grande era casi intransitable y lo más grave es que cuando la maquinaria de la Alcaldía de Choachí trató de realizar trabajos de limpieza fueron sorprendidos por la policía, pues este tramo pertenece a la concesión y son ellos los únicos autorizados para hacer mantenimiento de la vía. El alcalde Carlos Velásquez se quejó del hecho en las redes sociales de una forma coloquial con la siguiente frase “ni rajan, ni prestan el hacha”.

La situación de la vía que une a Choachí con Ubaque es aún más preocupante por el inmenso flujo de automóviles que por allí recorren todos los días. Como se puede ver en ciertos tramos, una gran parte de la calzada se ha venido abajo y en otras, la situación es muy preocupante, pues se vienen presentando derrumbes esporádicos, que al igual a lo que sucede en Potrero Grande, no tendrán solución hasta conocerse el trazado final.

La Perimetral Oriental de Cundinamarca, que en 2014 se presentó como el segundo proyecto de interés dentro de la llamada locomotora de la Infraestructura y planteaba para la Provincia del Oriente de Cundinamarca una solución y mejoramiento del tránsito en la región, va para cuatro años del plazo en que debía finalizarse y se ha vuelto un viacrucis, del cual esperamos, los damnificados de esta megaobra, la más pronta y adecuada resolución.


Vereda El Hato


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