Homenaje a Celestino Rivera

Desde el Periódico El Sirirí queremos realizar un homenaje póstumo a Celestino Rivera, un campesino y apicultor habitante de Choachí que hace unos días nos dejó sorpresivamente. 

Celestino Rivera en el programa Ruta Trece. Foto: Casa Maíz

Quizás su nombre no sea tan popular para aquellas personas que no son de Choachí, pero si es visitante frecuente de seguro lo recordará porque todos los fines de semana lo podíamos encontrar con su chaleco blanco y sombrero panameño en su puesto en el parque principal de Choachí, detrás de la tarima vendiendo su miel, polen, propóleo y una surtida muestra de los dulces y productos tradicionales. 

Don Celestino Rivera tenía 60 años y era un hombre fácil de reconocer, pertenecía a los "Ratones", pues en Choachí se les conoce por nombre de animales a las familias tradicionales y era alto, moreno, con un peculiar afro, bigote cerrero y siempre una sonrisa en la boca. Desde hacía unos años hacía parte de la Asociación de Comercializadores y Productores del oriente de Cundinamarca, Asocoproriente y pionero en la producción y comercialización de miel de abejas en el municipio. 

Taller de Mazamorra. Foto: Casa Maíz

Con Kukú en el programa Ruta Trece. Foto: Casa Maíz 

Conversar con don Celestino era un verdadero placer. Su inteligencia y claridad de la vida le hacía  responder con sabiduría a cualquier tema y solía hablar de todos los asuntos aportando siempre a la reflexión . Era un hombre muy espiritual, aunque poco religioso y siempre estaba preocupado por su comunidad, por ello se le veía siempre en los eventos de socialización y actividades culturales.

De su vida, recordaba siempre su historia campesina y a veces narraba las aventuras que vivió siendo niño, acompañando a sus padres por los caminos reales llevando mercancía hacia a Bogotá para regresar el mismo día con elementos básicos que en esos días eran muy difíciles de conseguir en Choachí. Era común sus cuestionamientos a estos tiempos modernos, a la vida fácil, a la dependencia de los nuevas tecnologías.

Don Celestino reconocía su herencia muisca, era un guardián de semillas, un campesino ilustrado que jamás comió cuento a las promesas falsas de los transgénicos y la revolución verde y siempre sembró su parcela de maíz nativo, o de garbanzo, sin necesidad de agroquímicos. Vivía tranquilo y agradecido por la naturaleza, orgulloso del fruto de su trabajo.

A su hija y su hijo, a su nieta que siempre le acompañaba a todos lados le queremos brindar este espacio como agradecimiento a todas sus enseñanzas, la dulzura de su miel, su compartir y su mano amiga que siempre estuvo atenta de apoyar en los convites, las mingas y la labor social. 

                           

Desde el Periódico El Sirirí y Casa Maíz invitamos a los conocidos, amigos y familiares que quieran sumarse a este sentido homenaje y deseen enviar algún texto, fotografía, recuerdo o semblanza, por favor envíenos al correo contactoperiodicoelsiriri@gmail.com que con gusto lo añadiremos a este merecido homenaje.

                           

DULCE VIAJE CELESTINO


La familia Rivera. Foto: Archivo particular.

Foto enviada por Margarita tomada en Resguardo Bajo


Colmena de palabra dulce
E nseñando el buen vivir
L a conversa es tu razón 
       En Chiguachía estás presente
       S encillo como abeja en flor
    T us pasos salvaguardando
I nnumerables  especies
N aturaleza hecha corazón 
O lvidarte el Monte Luna:jamás

Ada Margarita Delgado




Con Andrea, su nieta. Foto: Archivo particular






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