Colombia en Paro



Nota editorial - Periódico El sirirí

La pandemia sumada al mal gobierno, según informe del DANE, mandó a tres millones y medio de habitantes a la pobreza durante el año 2020, lo que quiere decir que el ingreso de estas personas ya no supera los $331.000 que, supuestamente, se requieren para sobrevivir en Colombia. El 42% del total de la población está en esta condición de pobreza. En este mismo periodo cerca de tres millones de colombianos entraron en una situación de pobreza extrema y la desigualdad económica se escaló rápidamente. El coeficiente de Gini, indicador de la desigualdad del ingreso, pasó de 0,52 a 0,54 llegando a su punto más alto en la última década. El Covid profundizó una crisis que ya venía tejiendo su abismo. No solo tenemos una sociedad y unas reglas de juego que producen un aumento en la brecha entre los pocos ricos y los muchos pobres, sino que, durante la pandemia, las decisiones tomadas por el gobierno colombiano favorecieron a los pocos, dejando a la mayoría de población a su mala suerte. Hoy ya Colombia supera el medio millar de personas muertas por Covid al día, colapsa el sistema de salud, la vacunación no avanza, una de cada cuatro mujeres en edad de trabajar busca empleo y no lo encuentra y las familias no hallan la manera de obtener recursos para poder sobrevivir, .

En medio de este contexto, el gobierno nacional saca del sombrero una reforma tributaria para tratar de saldar la quiebra que el mismo fraguó. El argumento es justamente la crisis, dicen que se necesitan los recursos para atender la emergencia social, pero la evidencia muestra que dicha emergencia poco les importa. Durante la pandemia, Colombia ha sido el país latinoamericano que, después de Brasil, más ha gastado en el componente militar, incluyendo la compra billonaria de aviones de guerra; el 37% del presupuesto nacional, en el presente año, será entregado al sector financiero como servicio de la deuda; dejaron a las empresas privadas el manejo de la crisis sanitaria y, por si fuera poco, las ayudas entregadas durante la pandemia se concentraron en grandes empresas y en los grupos económicos más influyentes del país, en vez de llegar a la pequeña empresa y a las familias, que son quienes soportan la economía nacional.

La reforma tributaria busca que sean los trabajadores y las clases populares quienes paguen la crisis y el desgreño institucional, ampliando la base del IVA a productos básicos y buscando gravar el salario de los trabajadores formales e informales, sin tener en cuenta que son estos trabajadores, con sus consumos y redes de solidaridad, los que logran sobreaguar las dificultades que viven las grandes mayorías. Sobra decir que los bolsillos de quienes aún tienen un trabajo están vacíos, no solo por la crisis económica, sino también por las deudas que no cesan. Los bancos siguen percibiendo ganancias billonarias a pesar de la crisis y la pandemia.

Es por esta razón que los colombianos se han sumado a la convocatoria del Paro Nacional desde el 28 de abril. En todas las regiones y ciudades del país las movilizaciones han estado en el orden del día bajo la misma exigencia, que el gobierno retire esta reforma que es lesiva para las familias y para la economía del país. A pesar de las masivas movilizaciones, del bloqueo de gran parte de la producción y el comercio por el Paro Nacional, el gobierno, en desconexión con las necesidades y angustias de la población, mantiene la determinación de hacer la reforma y mantiene como propuesta de diálogo el sabotaje y la represión a las legítimas manifestaciones de protesta.





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