Crónica de un rodaje en el Oriente de Cundinamarca

Foto: Rtvc


Por Edgar Suárez - periódico el Sirirí

El carro entró en reparaciones y el encierro volvía a ser el pan de cada día, así que las cajas con los ejemplares de periódicos del Sirirí que faltaban por distribuir se quedarían quietas hasta nueva orden. Y La orden llegó pronto, un viejo amigo de calles y esquinas, Felipe, me llamó para preguntarme si tenía disponibilidad para hacer un documental sobre el periódico para la televisión pública, pues un amigo suyo estaba interesado en documentar el proceso de comunicación comunitaria que desde Techotiva ha seguido caminando hasta estas montañas de la Provincia del Oriente de Cundinamarca.

El Amigo del amigo, llamado Sayyid, tenía encargado hacer el segundo capítulo de una serie sobre medios de comunicación comunitaria, el primero se había realizado en Zaragoza, Antioquia, sobre un proyecto audiovisual con jóvenes.

Después de un par de conversaciones con Sayyid para encuadrar el proyecto y de pasar los filtros para su aprobación, se decidió que se grabaría el programa en estos caminos en medio de los toques de queda y sus  virulencias. Aunque enero ya terminaba, era un muy buen plan para empezar el año. Se tomarían, dentro de lo posible, las precauciones que ameritan los tiempos. No hubo plazo para muchos preparativos, al día siguiente Sayyid llegó a la vereda el Hato en Choachí para tantear el terreno y el paisaje. Tendríamos cuatro días para concretar el itinerario, grabar los testimonios, documentar los ejercicios que han tenido que ver con el quehacer y el vuelo del Sirirí y obtener material de apoyo para el documental. El primer día, el de planear y conocerse, se había pasado volando entre la conversación amena y el recuerdo de las calles comunes. Sayyid también había crecido en el barrio hace algún tiempo, y no es por echar humos, pero ello nos ahorraba mucho tiempo de presentaciones y contextos, la confianza estaba sobre la mesa. Listo el plan. Ical, mi hijo de ocho años de edad, atento a la conversación y a los acontecimientos, nos acompañaría en la grabación, observando y registrando con su celular detalles de la jornada. 

Era tiempo de llamar a cómplices y amigos para sincronizar visitas y cosechas, empezamos por los vecinos cercanos, fuimos donde Luis y Rubiela y les contamos que en los próximos días llegaríamos con el equipo para entrevistarlos.  Antes de terminar el día fuimos hasta la laguna de Ubaque, el sol se reflejaba en sus  aguas y las montañas a su alrededor parecían preparar una fiesta, todo indicaba que tendríamos un fin de semana soleado. En la laguna nos encontramos con Diego,  Daniela y Lida,  cuadramos la visita para dos días después, nos hicimos la venía y nos dimos el codo. 

Sayyid viajó hasta Bogotá, llegaría al día siguiente para empezar el rodaje. Por teléfono se les contó a  amigas y amigos que pronto iríamos a registrar su voz y su mirada para el documental.  El hecho de que las entrevistas se harían en espacios abiertos y zonas rurales, generaba tranquilidad  sobre el cuidado y protección frente al rebrote del rebrote.

Foto: Rtvc


Viernes. El equipo de trabajo llegó a las ocho de la mañana al Hato. Además de Sayyid, llegarón Rafa,  encargado de la fotografía; Katterinne, encargada de producción y el conductor del vehículo, don Hernando. Por nuestra parte, para dar fuerza al grupo, estaban Felipe, el amigo,  realizador audiovisual, y Luisa, amiga e integrante del grupo de investigación de la Universidad Nacional que actualmente realiza el proyecto de Red de faros agroecológicos en la Provincia de Oriente. 

Fui el primero en ser entrevistado, una rápida narración sobre los pasos que aquí nos trajeron como familia, desde el tiempo de A media cuadra, la hoja de papel que desde hace quince años imprimimos, hasta hoy que el periódico el Sirirí va encontrando el nido.   Luego bajamos hasta el pueblo, Choachí, para hablar con Torek sobre la estrategia de tejido del periódico a través del trueque y sobre el Festival de cine SurRealidades. Torek nos habló de la importancia del ejercicio pedagógico en medio de la pandemia y  de la identificación del mensaje con el contexto que vive la región y el país. 

De nuevo a los vehículos para llegar a nuestro nuevo destino: Fómeque. Después de dejar algunos periódicos por aquí y allá y de almorzar en el centro del pueblo, llegamos al parque San Isidro a visitar y entrevistar a Olga Bocarejo en Bancalimentos. Olga nos contó de la labor ambiental y social de su iniciativa y del acompañamiento que el Gseid – UN y el periódico el Sirirí han hecho a su proyecto desde que renació en Fómeque hace ya cerca de tres años, mientras tanto gente de diversas edades llegaba con bolsas, costales y paquetes a depositar sus residuos al lugar.

Foto: Rtvc


Al respaldo de Bancalimentos nos esperaba la siguiente estación, la cervecera de Fómeque. Las nubes se oscurecieron y la lluvia hizo su aparición en escena, así que esta entrevista se hizo dentro de la planta de producción entre los grandes recipientes metálicos que en la cervecera fueron nombrados con personajes ilustres como Hypatia de Alejandría, Federico García Lorca o Friedrich Engels. Andrés, entrevistado, anfitrión, y uno de los gestores de la cervecera, nos contó detalles de su proceso de producción y distribución, y de cómo ha fortalecido su trabajo con su articulación con otras iniciativas locales como Bancalimentos o el Sirirí, también nos habló de su nueva receta y nos ofreció la degustación respectiva para alegría de las gargantas que de tanto hablar de cerveza ya pasaban apuros. Así nos llegó la noche.

Foto: Rtvc


Se había cumplido el plan, el equipo de producción se quedaría en el Hotel La Avenida en Choachí, nuestra parte del equipo volvería al Hato para descansar y retomar fuerzas, había sido un día de excepción, demasiado movimiento. Ical estaba muy cansado y así lo hacía saber. Pero la noche no terminaba ahí para nosotros. Algunos cientos de metros antes de llegar a casa, el carro de Luisa se apagó en el ascenso y no volvió a encender. La vereda estaba dormida y en toque de queda, no iba a ser fácil conseguir ayuda. Minutos después entre la oscuridad apareció Luis Manuel quien hizo un cambio de baterías y con ello se logró llevar el vehículo hasta la casa, su reparación sería un asunto para resolver en la mañana.

Sábado. Ical decidió tomarse el día de descanso aprovechando que Yuddy había regresado a casa.  La neblina entraba por las ventanas, el mundo era gris.  Los vecinos decían que por las cabañuelas este sería un año pasado por lluvias. Empezamos la ruta en casa con entrevista a Luisa, quien nos habló de la importancia del Sirirí en ejercicios de difusión participativa y sobre el rol que está cumpliendo la Universidad Nacional  mediante la sistematización y acompañamiento a procesos sociales locales, como Bancalimentos, la red de Faros agroecológicos y el mismo Periódico el Sirirí. 

Foto: Rtvc

La siguiente entrevista fue a Julián, amigo y socio en este camino desde hace décadas, quien complementó y profundizó sobre el proyecto de Red de Faros, dio unas puntadas de la historia de la agroecología y sobre el proyecto apícola y agroecológico que hacemos con algunos vecinos de la vereda, con el cual se busca, además de proteger el ecosistema y establecer un ejercicio pedagógico y de diálogo, generar ingresos en familias campesinas y fortalecer la economía local. 

Julián se unió al equipo con su vehículo. Fuimos de nuevo al pueblo de Choachí, allí se entregaron algunos periódicos. Visitamos la plaza de mercado y el parque central, donde Rubi estaba vendiendo plantas aromáticas y ornamentales. Nuestro viaje continuó hasta el próximo puerto, el museo vivo del maíz en Ubaque. Diego y Daniela nos recibieron con un delicioso almuerzo y con el museo hecho semilla y flor. Diego hizo la exposición del museo y nos contó como el maíz ha sido el sustento material, cultural y social de los pueblos y la región, observamos la colección de mazorcas que han recogido en su travesía e investigación. Para terminar esta estación, intercambiamos recetas, y en agradecimiento, dejamos algunas cervezas de Fómeque.

Ya atardecía sobre el sábado cuando llegamos de nuevo a Choachí, Fuimos hasta la vereda Resguardo Alto a casa maíz para visitar y entrevistar a Pacho, quien desde hace cerca de tres años me acompaña en la tarea de escribir, planear, dibujar y soñar con el Sirirí, por lo que tenía bastante que decir sobre la gestión y participación de la gente en este proyecto de comunicación, aclarando asuntos sobre la política editorial del periódico y enfatizando en el carácter popular y participativo de la experiencia. Ya casi cerrábamos el plan. La noche llegó mientras viajábamos de regreso a la vereda el Hato. En esta vereda, llegamos al sector conocido como Los Sitios, donde Sebastián desdela presentación de su labor en Sanagro, empresa que busca mejorar la producción agropecuaria a partir de la sanación de la tierra, nos presento su huerta, su casa y la importancia de su trabajo en la región para la transición ecológica. Por ello brindamos con un par de cervezas.

Foto: Rtvc

Domingo. Último día del rodaje. Tal como se programó transcurrió en la vereda, cerca de casa. Después del desayuno compartido del equipo de trabajo, que para este momento era ya un solo equipo, Entrevistamos a Luis y Rubi, quienes describieron y expusieron su trabajo en la jardinería, agricultura, apicultura y el comercio de productos agropecuarios. De allí salimos a visitar a los demás vecinos quienes con sus palabras y cariño dieron la bienvenida a los visitantes y de una vez sonrieron para las cámaras.

Al mediodía llegó la hora de la despedida. Sayyid, Rafa, Katterinne y don Hernando, regresarían a Fómeque para hacer algunas tomas de apoyo que faltaban y luego regresarían a Bogotá. Nosotros, parte de los protagonistas de esta historia, nos quedamos en la montañas para seguir con la tarea de hacer volar las palabras entre las alas de un Sirirí, a la espera de la fecha de transmisión del documental, el cual estará en la parrilla de televisión pública nacional.

Foto: Rtvc


Comentarios