"INDEPENDENCIA" Homenaje a Ignacio Pescador

Ricardo Perdomo Medina nos adentra en este relato en la vida y obra de José Ignacio Pescador, nuestro prócer chiguano quien pasó a la historia por ser el único indígena firmante del acta de constitución de 1810. 

Florero de Llorente, símbolo de la independencia de Colombia. Foto: Archivo particular.


Del legado indígena (nativo/aborigen) en la Uta de Ubaque Chiguachía que se reformuló con la Iglesía Católica surge un nombre que recordará el Acta de Independencia: José Ignacio Pescador Amaya. En 1810 el Indio Pescador, hijo de Chiguachía (refundados con sus nombres hispanos San Miguel de Choachí) de padres (la señora madre se llamó Isabel Amaya y el padre Matheo Pescador) nació en estas nobles tierras aún en épocas de las utas del Zipa o Zaque de Ubaque y que serían, ahora, de San Guillermo de Ubaque. De una familia de seis hijos, éste chiguano fue clérigo Tomasino (graduado de la Universidad de Santo Tomás) en sagrada Teología y Derecho Canónico, preparado previamente en el Colegio Mayor Nuestra Señora del Rosario; claustro que por su estatuto real le otorgaba el poder de “escoger” a sus estudiantes según su ascendencia, religión y oficio, conocido este sistema como el de la “limpieza de sangre” destinado para fortalecer la élite cristiana, filtro que en América del Sur recaía sobre indigenas, negros y mestizos por lo que salta de bulto que José Ignacio Pescador Amaya, alcanzara esta dignidad de la época criolla del siglo XVIII e inicios del siglo XIX. 

Ignacio Pescador. Foto: Archivo Particular

Para 1805, hace presencia la fígura de Napoleón en la historía, y  especialmente en la historía moderna de España, que llevó a que en estas colonias del Nuevo Reino de Granada especialmente este virreinato se buscará proclamar la autonomía tan soñada hasta hoy del centralismo con que se gobierna el Estado Colombiano, la empresa de Carlos V, y se designa la junta Suprema de Santa Fé, luego de lo que acontecía con el reinado de los invasores que precedía en este virreinato Antonio Amar y Borbón. El viernes 20 de julio de 1810,  encontramos a Choachí con uno de sus hijos; pues, uno de los clerigos firmantes (por poder o mandato legal otorgado a éste al parecer desde Villeta por su valor social, amparado en la limpieza de sangre base del sistema social y representación del valor ciudadano) del ACTA DE LA INDEPENDENCIA, es el llamado para entonces el “Indio Pescador” entre 17 clérigos más y de los 57 suscriptores de la misma junta que gobernaría autónomamente los territorios de Nueva Granada.

Luego de 210 años, uno de los personajes que poco mencionamos en la Historia de Colombia esta este legado del único “indio” que suscribiera el Cabildo Extrordinario que abrirá el paso a la independencia de Colombia; si es que le podemos llamar independencia, y de qué, o de quiénes, ya que, luego del cautiverio del Rey Fernando por la tropas napoleónicas y que empezará la crisis constitucional de la monarquía que llegó a Santa Fe, está este Nativo, pero, no con el fin de hacer real la idea de independencia, sino, más bien a la colombiana la idea de tener una forma de gobierno que defendiera la autonomía de los nuevos territorios americanos por regiones, sin mencionar palabra alguna por liberarse de la monarquía del reino de dios en el cielo y en la tierra, más bien seguir dicha designación.
Junta Suprema del Nuevo Reino de Granada que ejercería la Autoridad, convocaría al Congreso y en conjunto se dictaría, no como dijera Fernando Lasalle Arocho, la Constitución, sino, la de una junta de gobierno garante de la “seguridad” del territorio frente a lo que acontecía en la Península Ibérica, así se firmo el Acta del Cabildo Extraordinario para el viernes 20 de julio de 1810, con un nuevo cuerpo interino en ausencia del rey, pero, muchas batallas faltaban para lograr la supuesta independencia político-administrativa y socio-económica desde la década de los noventas del siglo XVIII, hasta nuestros días, donde pulula la corrupción gubernamental permeada por la visión Inglesa Victoriana de los narcóticos (el negocio del opio suplido por la cocaína) el asesinato de nuestros próceres por los mismos gobernantes al servicio del rey, ahora, de líderes sociales asesinados por lo gobernantes al servicio del mejor postor y la corrupción su lenguaje común, que desde el vientre asesinarlos (como decía un general colombiano en un congreso militar en argentina en los años setentas del siglo XX) hasta los que tienen un gran recorrido social y ambiental en defensa de sus territorios, lejos estamos de ver una patria libre e independiente de los mayores fenómenos sociales que degenran las formas de gobierno y de las cuales no debemos seguir padeciendo.

Desde Chiguachía un abrazo independentista en épocas de cambios sustanciales y necesarios por el bienestar de toda la humanidad, gran legado nos dejó el Indio chigüano firmante de la primera Acta de Independencia a toda esta provincia de oriente y la humanidad que lee y estudia el legados de nuestros aborígenes y nativos, gentes gentes (de oro) con un arraigo milenario y ancestral de enorme valor histórico y social.



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