RICARDO LEMA "La propuesta es aprender jugando"

Profesores de la IE Ignacio Pescador participaron del taller "Aprendizaje Basado en Juegos" dictado por Ricardo Lema, en donde se les motivó a utilizar varios juegos de cartas como herramientas didácticas.

Ricardo Lema Álvarez es Doctorado en Ocio y Desarrollo Humano (Universidad de Deusto, España). Fotos: Diana Molano

Nació en Montevideo y tiene 48 años. Es licenciado en Comunicación Social, de la Universidad Católica del Uruguay y desde hace veinte años esta casado con Beatriz, con quien tiene tres hijos, Facundo, Patricio y Catalina. Desde hace varios años ha dedicado su vida a pensarse la educación desde otras orillas y esta convencido que con el juego y el entretenimiento es posible motivar a los estudiantes a nuevos aprendizajes.

Educación y recreación

En su casa la mayor autoridad la tenía su padre. "No recuerdo de niño que me hayan pegado nunca, pero mi padre tenía una chancleta que era muy dura y era su herramienta pedagógica", confiesa en broma Ricardo Lema. Por los años que estuvo en el colegio, Uruguay vivía una dictadura conservadora y la enseñanza era muy autoritaria. Estudió en un colegio religioso de hermanos maristas en donde se juntaron algunos alemanes y españoles que habían huido de la guerra y tuvo la fortuna de una educación progresista. "Recuerdo que el director de la escuela te apretaba el brazo para corregirte, pero también que con una mirada de ternura bastaba para reprender".

Su pasión por el juego viene de esos días. En Uruguay, a partir de los años setenta y ochenta, las instituciones educativas comenzaron a proponer actividades de recreación, como campamentos y salidas pedagógicas. "Mi proceso se da al revés yo fui un recreador que de esta experiencias con actividades en la naturaleza me metí en la educación, pero nunca he sido un maestro normal a través de las propuestas con el juego, he conseguido romper las mecánicas academicista y promover nuevas fuentes de aprendizaje".


Según nos cuenta, nunca pensó ser docente de secundario y tampoco se considera un maestro normal. El reto era cambiar los modelos y fue donde comenzó a experimentar con los juegos. Debido a su habilidad creativa, ha participado en varios proyectos para la televisión infantil uruguaya. "Hubo un esfuerzo de hacer otro tipo de juego con ese modelo de entretenimiento y que fuera educativo y logramos productos interesantes en lo educativo y quizás no tanto en lo mediático, pues debido al rating fueron proyectos de corta duración".

Su definición de educación es "la forma de apropiarnos del mundo y de la construcción de saberes y en esa forma una apropiación creativa, no solo basada en la transferencia de conocimientos". Cuenta que uno de sus retos de su trabajo en la universidad, donde se relaciona a diario con educadores, es que aún estamos muy volcados a los modelos homogéneos. "La educación tradicional desde la cultura occidental urbana fue pensada en siglo XIX en la creación de estados modernos y se fue gestando para otras sociedades".



Según nos cuenta: "En Uruguay repetimos esas prácticas que se emplean pues parece que ya que funcionaron con nosotros, sirven hoy en día. Repetimos la tradición del alumno sentado como un sujeto individual que interactúa con un profesor que transmite un conocimiento y pasa mucho tiempo el maestro centrándose en los contenidos, cuando en la educación la persona es el centro. Me preocupa que la información de un adulto que aprendió hace cuarenta años tiene poco que ver con lo que se conoce hoy en día y he visto muchas contradicciones por sustentar un modelo que no se lleva con las necesidades y características de estos días".

Ricardo esta en desacuerdo con las tareas domiciliarias y cuando le pregunta a los maestros porque mandan deberes a las casas luego de diez horas de estudio, el argumento es casi siempre el mismo: "Porque siempre se han hecho deberes y así tienen que aprender los chicos", cuando estudios recientes científicos han demostrado que los deberes no contribuyen a la mejora de los aprendizajes. También confiesa que los padres de hoy en día han relegado la educación a la escuela y que cada vez por la incorporación de la mujer al mercado laboral y las condiciones económicas de las sociedades, se tiene menos tiempo para la educación de los hijos. .

Confiesa que le gusta venir a Colombia y México porque Uruguay no tiene una tradición indígena y su identidad es más de inmigración europea. "Somos una sociedad muy homogénea, con una riqueza cultural muy pobre y en el campo de la enseñanza tenemos que abrirnos a encontrar otras tradiciones de educación, como las que viven las comunidades indígenas".

A partir de las vivencias lúdicas ha creado un mundo de oportunidades para la innovación, en donde se mezcla el arte, la entretención y la educación. Entre los juegos que compartió con los educadores de Choachí esta el popular Juego de la Oca, adaptado para aprender cálculo, el Dooble que ayuda a ejercicios matemáticos, Vamos a Contar una Historia, que permite a los niños desarrollar habilidades en lengua castellana, el Juego de las Barreras que permite a los participantes debatir sus ideas y el Ajedrez Robot, que resuelve varios aspectos de la programación computacional, entre otros

"No soy apocalíptica frente a la tecnología, pero evidentemente implica riesgos y sustituye prácticas. En el terreno del juego, los videojuegos generan una dimensiona que totaliza el tiempo libre de los niños, pero también reconozco que hay posibilidades, como por ejemplo diversificar su atención o la posibilidad de relacionarse colaborativamente con otros chicos que están a kilómetros de distancia".

Ricardo Lema Álvarez participó de este taller gracias al apoyo de la Fundación para el Tiempo Libre y la Recreación y luego de sus visita a Choachí estará en un encuentro con educadores que organiza  la Universidad Javeriana.





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