Editorial. Ordenar ya el territorio en torno al agua

Periódico El Sirirí

Hace un año, en pleno verano, una tormenta se llevó casas, puentes, vacas, cultivos y paisajes en el Oriente de Cundinamarca. Se desajustaron  acueductos municipales y veredales, se inundaron los campos fértiles y varios caminos quedaron deshechos. Luego el sol alumbró insistentemente durante los meses siguientes y con el tiempo el agua llegó a escasear. El verano hizo arder bosques y pastizales, y el nivel de los embalses bajó a tal grado que se declaró el racionamiento de agua en la ciudad. El colapso climático no es cosa del futuro, sino que se vive aquí, en nuestro territorio. Es claro que debemos adaptarnos a ello, lo cual implica proteger la montañas, los bosques, el agua y la vida que habita en este territorio.

Foto: Ernesto Monsalve

Esta responsabilidad es todavía más grande dado que vivimos en el lugar donde el agua se hace agua. No es gratuito que desde aquí se sacie la sed de lugares cercanos y remotos del naciente y el poniente. Aquí vienen a redimirse las nubes que se elevan desde la selva y los valles y terminan en los grifos de la gran ciudad y sus alrededores. Sin embargo, basta pararse en cualquier punto de las montañas para ver que aquí y allá se sigue deforestando y destruyendo bosques, la mayoría de ojos de agua no tienen vegetación que los proteja y están a merced de derrumbes y de las pisadas del ganado. En este pedazo del mundo que está bajo nuestra custodia, no llevamos el camino de la conservación ni mucho menos el de la restauración. A pesar de las muchas voces, acciones y esfuerzos de personas que, a partir de la educación, la comunicación y el cuidado, buscan otorgarle una oportunidad a las montañas, sigue primando la depredación y el extractivismo. Nuestro paso como sociedad aún va en un sentido contrario, favorece la sobreexplotación del agua y de otros bienes comunes.
En este contexto toma mayor relevancia el objetivo que el Plan Nacional de Desarrollo, Colombia Potencia Mundial de la Vida, ha dispuesto como ruta para el país: Ordenar el territorio alrededor del agua. Y hay que agregarle, tal como lo hace el mismo Plan, que esto hay que hacerlo en un contexto de cambio climático al que debemos adaptarnos. Esto nos permitiría priorizar el agua para el uso humano y para la producción de alimentos y a la vez conservar o reforestar los nacimientos y las rutas del agua, mitigando los riesgos sobre nuestras vidas, nuestros hogares y nuestras economías. Aunque el Gobierno nacional debe dar directrices claras a la población para este fin, en lo que se mantiene en deuda, es cierto que gran parte de lineamientos y prioridades para ordenar el territorio, y nuestras vidas, en torno al cuidado del agua depende de las entidades territoriales y sus planes de desarrollo y esquemas de ordenamiento territorial, así como de las transformaciones sociales, culturales y educativas que favorezcan este cuidado. Esto transfiere la responsabilidad a los ciudadanos y ciudadanas que son, a la larga, quienes deben lograr y velar porque estos planes tengan correspondencia con sus necesidades y las necesidades del territorio.
El Gobierno nacional y el Ministerio de Medio Ambiente tienen la responsabilidad de echar a andar los consejos territoriales del agua y de articularlos con procesos participativos territoriales, sin embargo esta tarea sigue pendiente. El Ministerio ha hecho algunas convocatorias para que los entes territoriales presenten proyectos específicos para reforestar y financiar experiencias territoriales para el cuidado del agua, sin embargo dada la magnitud del problema estos son apenas paños de agua tratando de apagar un incendio.
Por ello este objetivo común, de ordenarse en torno al agua, debe empezar a demandarse y a garantizarse desde las veredas y los barrios. Las Juntas de Acción Comunal deberían ser pioneras en incluir este propósito en sus planes veredales, lo mismo deberían hacer los acueductos comunitarios, los gobiernos escolares y los gobiernos y concejos municipales. Es urgente desplegar acciones y apuestas desde los territorios para dar este giro. Es esto o el futuro apolítico que muestran las películas y que no parece estar lejos.




Comentarios

  1. Promovi y acompañe una reunión de la sec amb de choachi con el MADS, solo financian proyectos regionales y mínimo 5000 mil millones. Que municipios y q tipo de alianzas habría q hacer para acceder a esos recursos Cuando los municipios no tienen personal calificado ni contrapartida y menos vocación de trabajo e. Equipo. se entiende q buscan q.los $$$ tengan mayor impacto..

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