Es creciente el número de personas que se pregunta de dónde viene cada alimento o cómo se produce. Y no es para menos. Bien se sabe en el campo que tanto afectan los agroquímicos y los transgénicos a la salud de las personas, la mayoría de los productores manifiestan que no se comen una habichuela o un pepino, pues conocen todo el químico que llevan.
Respuesta a ello, la agricultura orgánica, agricultura sin venenos, ha sido acogida en Choachí por productores que la adoptan sin mucha dificultad, pues no hace mucho sus abuelos sembraban sin químicos, Lo mejor es que han encontrado un mercado para estos productos. Sin embargo este mercado todavía no es suficiente, se requieren nuevas estrategias para garantizar que las economías de las familias campesinas que se sumen a la producción ecológica sean sostenibles.
“Son la salud del planeta y de las personas las que están en juego. por ello es imperante transformar hábitos de consumo para mejorarlas”, plantea Marcela, una activista que desde hace un año está radicada en Choachí, y tiene una propuesta para esta ola creciente de consumidores conscientes: “organizar compras colectivas”.
Al comprar colectiva y permanentemente el productor puede pensar en proyectar su siembra y su cosecha, y vender sus productos a precios justos, además puede mantener los precios constantes, sin depender de los precios de especulación de la central mayorista, que la mayoría de las veces los hace vender por debajo del costo del producto. Los precios de los alimentos en este país, están subsidiados por los bajos ingresos de los campesinos.
“Las espirales de consumo son una propuesta para organizar nuestras compras. Lo único que se requiere es diligenciar un formulario donde se pide lo que se necesita. Una vez se cierran los pedidos, se compilan y se envían a cada productor según corresponda para que programen su cosecha. Hay productores de las veredas El Púlpito, La Palma, La Victoria en Choachí. El tomate y pimentón vienen de Santa Sofía en Boyacá, los tubérculos del Sumapaz y algunas frutas de Armero en Tolima. Se organiza la logística para recibir, pagar, repartir y entregar los mercados, pueden recogerlos en el punto de entrega o se les hace llegar a casa de cada participante”.
Desde este mes se incluye en la espiral la propuesta de compras colectivas a granel, con lo cual se busca promover el consumo de alimentos saludables, el desuso de los empaques plásticos y el acceso a productos que no se consiguen o se consiguen muy costosos en Bogotá o Choachí.
La propuesta no para ahí. Se busca propiciar la formación de otras espirales en otros territorios para lo cual se facilita capacitación y todo el montaje logístico a los interesados, ademas de realizar talleres de alimentación alternativa, ecoacepcia y economías solidarias,
“La idea es que desde octubre nos encontremos los participantes de estas espirales para visitar a quienes producen nuestros alimentos”. El primer encuentro sera para visitar a los productores de Choachí. En este momento hay participantes de Choachí, Ubaque, Fómeque y Bogotá.
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